- El Alcorcón sumó su segunda derrota consecutiva en Santo Domingo ante el Valladolid
- Bordalás dijo que habrá cambios para solucionar la fragilidad defensiva de los amarillos
Es un tópico, pero es verdad. Cada aficionado y cada periodista llevamos un entrenador dentro. Y cada uno pondría unos jugadores distintos, cada uno tiene sus favoritos y sus preferidos. Y cada uno tiene sus argumentos para debatir, es parte del fútbol. Pero al final, juegan los que quiere el entrenador y nosotros nos limitamos a dar nuestras opiniones en nuestro Medio o en el bar. Pero estoy seguro, que si fuéramos entrenadores habríamos jugado con otros onces los partidos del Leganés en Lugo y del Alcorcón ante el Valladolid. La pregunta, para la que nunca tendremos respuesta, es si habríamos obtenido mejor o peor resultado que ellos.
Contra el Vallaldolid al Alcorcón le faltó lo que tuvo el Leganés: la seguridad atrás. Bordalás está muy enfadado porque reciben muchos goles (7), les han marcado en todos los partidos oficiales (5). Ayer señaló a Charlie como culpable en el gol de Roger para el Valladolid y le cambió al descanso. Y en sala de prensa habló de fragilidad defensiva y de hacer cambios en una línea que no está funcionando. Pero es que tampoco función a la creación, Bordalás se ha empecinado en jugar con dos mediocentros defensivos: Rubén Sanz y Escassi y con ellos este Alcorcón no juega a nada. Cuando sacó a David González volvió el sentido y la dirección. El canario jugó junto a Escassi y el capitán Rubén Sanz retrasó su posición a la de central con Verdés. David le puso la calma, el rumbo, la posesión y la búsqueda de espacios que necesitaban. Y el fútbol volvió a Santo Domingo, las ocasiones llegaron (aunque no entraron) y la grada se lo agradeció con merecidos aplausos.