No podemos perdonar errores arbitrales de interpretación en el final de temporada

arbitro

Entramos en el último tercio de Liga con todo aún por decidir . Y es una pena, porque todo por lo que luchas se puede venir abajo por una mala decisión, por una equivocación, o por un error.

Puedes sufrir una derrota inesperada, como la del Leganés ante el Tenerife. Puede golearte el rival en casa, como la del Valladolid al Oviedo.

Pero lo que no se puede permitir es que todo el trabajo de la temporada y las ilusiones de toda una afición se vayan al carajo por un error arbitral y más si es un error de interpretación del reglamento y no de apreciación, como pasó en el Osasuna-Alavés.

Podemos entender que vean o no un penalti, entendemos que no vean una mano, que duden en un posible fuera de juego pero lo que no podemos permitir es que no sepan interpretar que una entrada por detrás sin balón es considerada una agresión y no es una “Zancadilla de forma temeraria a un contrario en la disputa del balón” como dice el acta de González Fuertes.

La acción de Álex Berenguer sobre Manu Garcia es tan de roja que hasta su entrenador Enrique Martín Monreal le echó la bronca a su jugador y reconoció en la tele que era para haberle sacado no una sino dos tarjetas rojas.

Los árbitros son humanos  y se pueden equivocar. Pero, repito, una cosa es apreciar y otra interpretar un reglamento que deben saberse de memoria. Eso, ¡NO-SE-PUEDE-PERMITIR!

(En Play Segunda hablamos mucho de este partido y de estas decisiones).

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LA OTRA CRÓNICA | El Leganés y el arbitro perdonan al Girona

  • Primera derrota de la temporada en Butarque contra el mejor visitante
  • El Lega no supo sentenciar a un Girona inferior en la primera parte

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Hoy podría dejarme llevar por la rabia y la impotencia y quizás lo haga, desde el titular y hasta el último párrafo, no lo se. El Leganés ha perdido en casa por primera vez esta temporada, pero ha sido una derrota tan injusta e inmerecida como dolorosa e indignante.

El Leganés ha perdonado a un Girona inferior en la primera mitad, es cierto que no ha sabido sentenciar un partido que estaba ganando por méritos propios. Tenía prácticamente tumbado al mejor visitante de la temporada, pero su portero Isaac Becerra los ha mantenido en pie ayudado por un Lega negado de cara al gol.

Todo esto es tan cierto como que el árbitro De la Fuente Ramos también ha perdonado al Girona. Primero ha sacado fuera del área una mano que se ha visto desde Fuenlabrada. Ha pitado falta y no penalti. Aunque el destino ha querido que el centro de Álvaro Garcia lo peinara Mantovani al segundo palo para marcar su segundo gol de la temporada. Desde ahí el Leganés ha tenido ocasiones de sobra para matar el partido, pero no lo ha hecho y lo ha pagado. Carlos Álvarez rápido y peleón ha puesto en jaque a la defensa visitante y Fran Moreno se ha estrellado contra Becerra en un par de ocasiones.

En la segunda parte ha venido el perdón y la absolución arbitral al Girona. De la Fuente Ramos le ha perdonado dos veces la segunda amarilla a Sandaza. Primero por una entrada a Diamanka y después por un codazo a Soriano. El delantero tenía que haber visto tres tarjetas y solo ha visto una. Y otra vez, el destino ha querido que Sandaza marcará el gol de la victoria en el descuento tras insistir y acosar la portería de Queco Piña.

Pero tras todo esto no voy a poner al colegiado de excusa, aunque lo parezca. El Leganés tiene un gran problema: tiene más ocasiones que gol, mientras que otros equipos con menos, hacen más. Si Fran Moreno hubiera metido la bola que ha peleado, protegido y luchado Borja Lazaro para dejársela de cara seguramente ahora no nos acordaríamos ni del nombre del arbitro.

No ha sido un castigo, pero tras la derrota, los suplentes y los que han jugado hoy menos minutos se han quedado entrenando en Butarque.